Hola a todos!
Siguiendo con las revisiones de los temas más frecuentes en oncología, hablaremos en esta ocasión sobre la radioterapia: una de las herramientas más importantes en el tratamiento de los tumores, pero que en comparación con la quimioterapia, no es tan conocida ni “famosa”.
A modo de introducción hablaremos de un poco de historia. En el año 1896 (apenas un año después del descubrimiento de los rayos X por Roentgen) Emil Grubbe utilizó localmente, en una paciente con cáncer de mama la base de la radioterapia, es decir, radiaciones ionizantes; se podría decir que este fue el momento de su nacimiento como tratamiento oncológico. Durante el siglo XX se hicieron muchos avances en este campo, tanto así que hoy en día en muchos países, existe la especialidad médica de Oncología radioterápica, complementaria a la oncología medica, pero separada y con una personalidad e identidad propia.
La Radioterapia se define como un tratamiento LOCAL cuya intención es la de destruir las células cancerosas de una determinada zona del organismo usando RADIACIONES IONIZANTES (elementos radioactivos controlados que no se pueden ver a simple vista por estar constituidos principalmente por haces de fotones y electrones) que son emitidas por una fuente de radiación externa llamada acelerador lineal (LINAC en inglés y cuya apariencia es muy similar a las maquinas de Tomografía o de rayos X) que se sitúa a una determinada distancia del
área a tratar. Siempre se tiene presente el hecho de minimizar los daños sobre tejidos sanos circundantes, es por esto que el tratamiento radioterápico se diseña “a medida de cada paciente” de un modo individualizado y especifico, siguiendo una serie de etapas: evaluación por el radioterapista, ubicación y señalización de la zona a tratar (del modo más preciso posible y con uso de coordenadas), simulación, plan de irradiación por medio de TAC, controles periódicos una vez instaurado el tratamiento, evaluación final y seguimiento.
Los objetivos a alcanzar con este tratamiento pueden ser varios y dependen de lo que el paciente requiera según su oncólogo. Es decir, puede existir:
(i) Radioterapia preoperatoria (o neoadyuvante) con intención de reducir al tumor para hacer mas fácil la cirugía y pudiendo estar acompañada de quimioterapia (como ejemplo el caso del cáncer de recto);
(ii) Radioterapia postoperatoria la cual se indica para consolidar el tratamiento efectuado y para prevenir cualquier riesgo de reaparición de la enfermedad. (como puede ser el caso de algunas pacientes post operadas de cáncer de mama),
(iii) Radioterapia “profiláctica” prescrita cuando luego de haber realizado un adecuado tratamiento erradicador de un tumor, se debe irradiar una zona anatómica hasta ese momento “sana” pero que tiene alto riesgo de sufrir metástasis.
(iv) Radioterapia para manejo de síntomas: su nombre lo dice claramente y su objetivo es mejorar la calidad de vida del paciente. Así podemos tener radioterapia para calmar dolor (analgésica) , para tratar cuadros compresivos, sangrados (hemostática), etc.
La periodicidad en la administración puede variar entre una sola dosis (un sólo un día = una sesión) o varias dosis (varios días= varias sesiones). En el caso de ser necesarias muchas sesiones se denomina tratamiento FRACCIONADO pues se brinda una sola “fracción” de la dosis total necesaria, en un día. Se administra generalmente de Lunes a Viernes por unas 4 a 6 semanas en promedio. La duración del tratamiento en sí es muy corta (tiempo dentro de la máquina), no llegando a los 15 minutos sumando el tiempo requerido para colocar al paciente correctamente y el de administración de la radiación per sé (2-3 minutos).
En la publicación de mañana continuaremos con más información sobre la radioterapia.
Nos vemos!
CMP: 48964, COMLL 4361
Médico peruano que está culminando su especialización en Oncología Médica en España, con un Máster en Investigación Clínica.
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