viernes, 29 de marzo de 2013

Cuidado espiritual, intersección entre religión y medicina


El ser humano está conformado por mente,  cuerpo y espíritu, aunque esta es una simplificación con fines didácticos. En esta oportunidad nos referiremos al aspecto espiritual del ser humano y hacerlo no es sencillo.
La espiritualidad tiene que ver con nuestra necesidad y capacidad de relacionar qué  o quién da sentido, propósito y dirección a nuestras vidas. Espiritualidad no es sinónimo de religión, se refiere a algo más amplio. La espiritualidad generalmente comprende las siguientes dimensiones: significadotrascendenciaenergíarelaciones y religión.
Por  qué es importante tenerla presente ? La falta de bienestar espiritual se asocia con  depresión y poca tolerancia a síntomas físicos,  la falta de significado puede tener relación en el deseo de vivir. Hay evidencia que el bienestar espiritual es un factor que protege contra distress psicológico. Los profesionales de la salud debemos conocer  las creencias de nuestro paciente teniendo en cuenta el contexto socio-cultural. El profesional de la salud moderno se siente incómodo cuando enfrenta la dimensión existencial por su carácter no científico y prefiere enfocarse en aspectos médicos/técnicos o aspectos psicosociales claros.
Es difícil distinguir entre las dimensiones emocional y existencial/espiritual y de hecho a veces se superponen.  La manifestación externa puede ser similar, pero la causa subyacente es diferente y por lo tanto el  manejo debe adecuarse a la naturaleza del problema y no es fácil hacerlo.
El dolor puede tener causas físicas, psicológicas sociales y/o espirituales (dolor total), queda claro que  una ampolla de morfina no alivia  el dolor  espiritual o el psicológico. Siendo el dolor primariamente un  problema físico  puede desencadenar  sufrimiento espiritual.  Muchas veces hay tanto sufrimiento en los seres queridos como en el propio paciente.
En todas las etapas de la vida, luchamos entre aspectos existenciales y espirituales, pero al final de la vida,  se despiertan las preocupaciones espirituales. Es cuando se aprende a valorar las cosas sencillas como la familia, las relaciones y la naturaleza. La cercanía a la muerte puede hacer más fácil elegir entre cosas importantes y no importantes.
Las necesidades que se presentan con más frecuencia en la fase terminal son: necesidad de dar y recibir amor, perdonar y ser perdonado, de encontrar sentido al sufrimiento, de tener esperanza en algo o en alguien, de alcanzar paz interior, de perdurar o de dejar una huella, de trascender, de despedirse. Las personas de fe experimentan también la necesidad de fortalecer la relación con Dios.
Nuestra función no es juzgar sino respetar y acompañar con compasión a nuestros pacientes, mediante cercanía, apertura, amistad y compromiso. Aprendamos a escuchar y dar soporte, mientras el paciente encuentra y  formula sus propias respuestas. De hecho las cuatro cosas más importantes para un paciente con enfermedad en estado terminal son : “me perdonas ?”, “te perdono “, “te quiero”, y “gracias”. Hay una más: ” adiós”… Como dijimos, referirse al aspecto espiritual es muy importante y nada sencillo.
Escrito por:
Dra. Lilian Hidalgo
Geriatra, subespecialidad en Medicina Paliativa
Vicepresidente Sociedad Peruana de Cuidados Paliativos (www.paliativosperu.org)
Twitter: @paliativos_peru

No hay comentarios:

Publicar un comentario