No el que llaman amor, el pasajero,
que es humo, sensación, carne o carnada;
no el que ignora si es vida o es la nada,
no el que pudiera ser falso o sincero.
Ese otro, que es porque es, imprecisable,
que nace de una chispa y es hoguera,
que se impirme en el alma hasta que muera
y es de todas, vivencia inolvidable.
Amor que cambia la tiniebla en día,
amor que es embriaguez, deslumbramiento,
ése, que no requiere cercanía
porque le basta sólo el pensamiento,
llenó mi adolescencia de alegría
y el resto de mi vida de tormento.
Escrito por
Zoé Salin C.
"De Cal y de Arena"
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