lunes, 11 de marzo de 2013

¿Dolor en las articulaciones? ¿Será artrosis?


¿Qué es la artrosis?
Es una enfermedad producida por la alteración a nivel del cartílago, que es uno de los tejidos que forman las articulaciones. La pérdida del cartílago origina cambios en el hueso  que esta junto a la articulación, como deformaciones e intentos de regeneración. Todo esto produce inflamación, que es muchas veces la causa de que la artrosis produzca síntomas como el dolor. Posteriormente la movilidad y el funcionamiento normal de la articulación se ven afectados, conduciendo al enfermo a una progresiva discapacidad para las actividades cotidianas.
¿A quienes afecta?
Es una de las enfermedades reumáticas más frecuentes, afecta a casi el 50% de las personas mayores de 50 años, y es una de las principales causas de discapacidad.
La articulación más comprometida suele ser la rodilla, presentándose también en caderas, manos, columna, etc.
¿Quiénes tienen más riesgo de presentar artrosis?
Los personas de edad avanzada, el sexo femenino, personas con sobrepeso, traumatismos previos, los defectos en la formación de las articulaciones, la presencia de algún defecto genético en el cartílago de la articulación y la fatiga de las articulaciones como consecuencia de ciertos trabajos o deportes.
¿Qué síntomas puedo presentar?
Lo más característico es el dolor, la rigidez articular y la incapacidad
funcional; generalmente en ausencia de fiebre e inflamación articular.

El dolor se presentará al movimiento y será crónico. Se caracterizará por:
• Comienzo lento, curso progresivo e intensidad leve o moderada.
• Aparece al iniciar los movimientos (como por ejemplo la marcha); después mejora y reaparece con el ejercicio intenso o prolongado.
• A medida que la enfermedad avanza, el dolor aparece cada vez más precozmente.
• Cede al reposo,  lo cual no significa que mejore. Los estudios han demostrado que un ejercicio controlado e indicado por su médico produce con el tiempo beneficios, sobretodo en el alivio del dolor y mejora funcional.
¿Cómo se diagnostica?
Con los síntomas que hemos descrito. En ocasiones se requerirá de radiografía de la articulación afectada, examen de líquido articular o analítica sanguínea, básicamente para descartar otros fenómenos inflamatorios.
Los cambios que se ven en las imágenes radiográficas, habitualmente no son la causa del problema sino que representan el resultado de toda una serie de cambios que ocurren en la articulación. El hecho de observar una deformidad articular no necesariamente explica el origen del dolor ya que las causas pueden ser diferentes: formación de hueso en lugares anormales (osteofitos, picos de loro), edema que puede presionar estructuras nerviosas, contractura muscular, etc.  Esto podría ayudar a explicar en parte, porque a veces estos cambios radiográficos o el grado de compromiso no se relacionan directamente con la intensidad del dolor.
¿Cuál es el tratamiento?
Desde el momento del diagnóstico, se debe iniciar la educación del paciente y la familia. La educación consiste en asesorar al paciente sobre las actividades que provocan mayor sobrecarga articular e indicarle los métodos para reducir el estrés articular.
El geriatra le brindará una valoración integral del problema, buscando no solo calmar el dolor, sino que con su equipo gestor de salud buscarán mejorar el funcionamiento de la articulación evitando así la discapacidad.
Parte del tratamiento es que el paciente logre y mantenga un peso saludable; esto incluye consejería dietética y un programa de ejercicio aeróbico, que han demostrado reducir el dolor y mejorar la funcionalidad.
El resto del tratamiento consistirá en medicamentos, terapias complementarias y en algunos casos particulares, cirugía.
Escrito por:
Dra. Claudia Pinedo
Médico - Geriatra de Bamboo Senior Health Services

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